martes, 22 de diciembre de 2015

Llega la Navidad!!!

ninoninoniii nonino.... 1000 euros (que antes eran pesetas)

Este era el inicio inconfundible de la Navidad. Al levantarse con esta melodía sabías que las vacaciones ya estaba allí. Pero no unas vacaciones cualquiera. Las vacaciones de la Mágica Navidad!!! Tu boca ya empezaba a salivar turrón y lo único que podías pedir de más, además de que Papá Noel y los Reyes se portaran con los regalos, era que un día, al levantarse, todo estuviera nevado.

Era tan especial, que no podía llegar a entender como los que estaban por encima mío asumían esas fechas como algo más en la vida. Aún menos, como a terceras personas les eran indiferentes e incluso se empeñaban en fastidiárselas a los demás... Cosas de la vida, como si del juego de la oca se tratara, me han movido ficha y me han colocado en el puesto de los de arriba.

Ahora que lo pienso, no os he hablado de nuestro viaje... bueno, viajes... Pero eso es otra historia, no nos desviemos del tema!



Volviendo a lo nuestro... y a pesar de la desgana, hay que decir que disfruto viendo a estos renacuajos poner cara de asombro o gritar "¡abo navida!", "Papá noé" (o algo similar.).

Recuerdo que el puente de diciembre ya era la fase preliminar. Si además ese año había una buena combinación, se convertía en un regalo adelantado. Esos días, además de celebrar el cumpleaños de mi madre, poníamos los adornos navideños. El gran belén lleno de detalles y el árbol de navidad. Trabajo que comenzábamos con ilusión pero que poco a poco cansaba; no digamos quitarlo ¿por qué no dejarlo para el siguiente año?




Después de eso, era el turno de las funciones y obras. Los disfraces que mi madre y mi abuela elaboraban y mi abuelo, si podía, le daba su toque de chapa. Leo y Gaby ya empiezan con sus pequeñas temáticas. Aunque Ana y yo no seamos tan manitas, algo que se junta a la falta de tiempo, tratamos de que ellos empiecen a sentir esas cosquillas al ponerse el disfraz.


Otra de las cosas que me fascinaba, era ver Madrid iluminado! Era impresionante!!! Tanto colorido y tanta belleza. Queriendo transmitir este sentimiento a los peques nos abrigamos adecuadamente y nos fuimos a visitar la capital. Leo abría los ojos de asombro y Gaby no paraba de decir "luu, luu!! Ota luu!!". 



Y si vas al centro, no puedes escaparte de un bocata de calamares!!


Bueno... con espíritu o sin espíritu, lo importante es que Gaby y Leo comienzan a disfrutar sus navidades. Un periodo que espero que para ellos sea tan mágico como lo era para mi. Una magia que deseo que nunca la pierdan. 

Con espíritu o sin espíritu, la realidad es que es la primera Navidad que pasamos los cuatro juntos. El año pasado nos faltaba una pieza que acaba de cumplir 9 meses.


viernes, 20 de noviembre de 2015

La fiesta adoptada

Las fiestas navideñas ya están asomando. Parece que no acaba el verano cuando ya está asomando la barba de Papá Noel. 

Pero hay un día que pone un punto intermedio a este periodo. Una fiesta acogida, que algunos tachan de pagana. Que algunos refieren que la hemos adquirido por falta de personalidad o por ser juerguistas de más.

Sea por la razón que sea.... y nos tachen de lo que nos tachen, nosotros la celebramos cada año con más intensidad. Hablo de la fiesta de Hallowen. La fiesta que precede al día de Todos los Santos (que no de los difuntos) y que son las horas previas a que los establecimientos comiencen a colocar el turrón y las televisiones nos invadan con anuncios de colonias.

Gracias al tío Cyril, Gaby y Leo tenían preparados sus disfraces "importados" del nostálgico Londres. 



Comenzamos la fiesta en la guarde donde, después de una fiesta privada, nos recibieron con galletas, bizcochos y refrescos.



Pero no acabó ahí... Porque en el propio día en que los muertos vivientes salen a la calle, los esqueletos consiguen articularse, las calabazas cobran vida y otros personajes de lo más común se convierten en seres maléficos... Ese mismo día... Nosotros continuamos la fiesta en casa... Una fiesta que a algunos le puso los pelos de punta.


domingo, 13 de septiembre de 2015

Sonrisas melladas

Todos los padres tenemos un cupo de disgustos. Un cupo de avisos de la guarderia o del colegio. Un cupo de discusiones con los hijos o de noticias que no nos gustaría recibir. Boletos en los que realmente nunca pensamos cuando nos lanzamos en la aventura de ser padres pero que los traen prendidos al cordón umbilical.
Estas papeletas son como los descuentos buenos: personales e intransferibles. Pero no tienen marcada la fecha de inicio o caducidad. Aparecen de repente! Sin avisar. Cuando menos te lo esperas. Sin que uno pueda ponerles solución o estar alerta. Para que así, tengas que reaccionar por sorpresa. Como dice un conocido mío: "cada día, es un día menos para que pase algo"
Bueno.... Pues en este número limitado de cupones... Nosotros ya hemos gastado uno. Hemos borrado una rayita de nuestra pizarra de cuentas.
Ayer Gaby se cayó. Una caída tonta, pues ha tenido algunas mucho más impresionantes. Y sin apenas llorar se ha levantado. Pero a diferencia de otras veces, esta se levanto sin un diente. Si, si. Sin un diente. Su paleto superior derecho se había quedado en el suelo. Y él, como si nada. Como si fuera una caída más.

Tras ser revisado por el dentista, nos dijeron que solo podíamos hacer una cosa: quererle con un diente menos (hasta que le salga su definitivo).
Realmente Gaby no tiene la percepción de lo que le ha sucedido. Incluso, le parece gracioso ver como la gente se ríe de su sonrisa. Nosotros, a partir de ahora, vamos a disfrutar cada día de su sonrisa mellada. Porque con diente o sin él, seguimos amándole con locura.


martes, 11 de agosto de 2015

Llegamos al 2

Conduces poco a poco por la carretera y de repente te fijas en las vistas. Qué bonitas! Paras un minuto a apreciar el paisaje... Pero solo una parada corta porque el viaje no te permite explayarte todo lo que te gustaría. Desde ese pequeño mirador ves lo absorto el viaje que acabas de recorrer. Allí en la lejanía esta esa carreterita por que la que has venido, aunque debes fijarte bien para verla. 



De repente, aprecias que tus pies se resbalan y es que, bajo ellos, hay un pequeño barranco. Sin darte cuenta, ese camino que habías cogido tenía una pequeña pendiente y, metro a metro, has ido subiendo hasta un altura que, cuando miras hacia abajo, te da vértigo.

No queda tiempo! Tienes que dejar de pensar y volver al coche, pero tu cabeza piensa en como frenar ese ascenso. En cómo quedarte en esa parada. En la parada de "dos años". 



Pero ni se puede ni quieres. La curiosidad te pica y quieres experimentar lo que te espera más allá, en cumbres más altas. 


Es un pensamiento mezclado que combina el miedo a la velocidad, las ganas de descubrir y la nostalgia.

Sin saber cómo, has vuelto de nuevo al coche y estas de marcha siguiendo las señales que indican el camino a "3 años".


Pero lo peor es la inconsciencia que te acompaña en el asiento de al lado. Esa que no te deja ver que en la misma dirección pasas por los monumentos de los "5 meses" o la de los "39 años".

Esa que de vez en cuando se pone ha hablar del pasado y te recuerda que pasaste pueblos como "tercer aniversario".


Esa que se pone a hablar del cuadro que vio en ese museo que visitaste el mes pasado y que tanto le gusto: "beso al atardecer".


No insistas. No lo intentes. No puedes bajarte de ese coche. Como mucho... parar en algún mirador para apreciar el paisaje. Pero como no lo tengas muy presente... Quizás te saltes la mayoría de ellos.

Así que cuando no puedes cambiar algo, lo mejor es aceptarlo y estar preparado. Y al menos, Gaby lo está.


domingo, 19 de julio de 2015

De nuevo... papillas

Parece que fue ayer cuando el pequeño Leo entraba en nuestra casa. Y de entrar... lo hacia discreto, porque el pobre no hace ni un solo ruido (de momento!!!). 

Parece que fue ayer cuando tomaba el sol el Pantano de San Juan, en un día primaveral, mientras nosotros nos acercábamos a San Martín de Valdeiglesias a realizar todo ese papeleo. Si, si, San Martín de Valdeiglesias, leíste bien!... y el DNI en Ávila. Pero eso ya es otra historia.


Y es que Leo... es silencioso hasta cuando se viste de dinosaurio...


Tan silencioso... que parece que sólo duerma...


Pero en realidad, nos engaña. Tanto como tus ojos te han engañado en las tres últimas fotos, en las cuales apenas has notado diferencia. Ahora vuelve a fijarte en ellas y verás que hay gran diferencia. Y, al igual que tus mente te engañó, lo ha hecho con nosotros, pues aunque no nos hayamos dado cuenta, nuestro pequeño ha crecido.

Y de repente lo descubrimos cuando volvemos a la rutina de las papillas. Algo ya completamente olvidado con Gabi y que Leo coge su relevo.



martes, 7 de julio de 2015

Pasa el tiempo

Pasa el tiempo desde la última vez que toqué estas teclas. Desde que las aporreé para dar paso a una nueva entrada en este blog. Para poner fotos tiernas...

Pasa el tiempo desde que Gabi parecía mayor sentado en la butaca de hospital. Desde que Leo parecía pequeñito-pequeñito tumbado en la cama del hospital. Desde que las comparaciones parecían odiosas, pero necesarias para nuestra memoria.


Pasa el tiempo desde que nuestro pequeños empezaron a dar sus pincelados. Desde que Gabi comenzó a expresar su arte. Desde que Gabi empezó a pintarse a si mismo...

... a pintarse literalmente.

Pasa el tiempo y dejamos atrás los días de frío. Dejamos atrás los abrigos, los edredones y las ventanas cerradas.




Pasa el tiempo desde que el biberón era nuestro único vaso. Desde que Gabi comenzó a beber con pajita... Desde que recordamos que te mojas entero cuando aprietas un brick.



Pasa el tiempo y algo tan especial como comer se hace algo habitual. Pasa el tiempo y olvidamos cuando fue nuestra primera comida. Nuestra primera hamburguesa.


Pasa el tiempo y ahí quedan nuestras caras, nuestros gestos y expresiones. Pasa el tiempo pero hay miradas que nunca se olvidan, que siempre permanecerán.


Pasa el tiempo y de 1 pie, pasa a 2 e incluso a 3. Pero siempre con sus parejas!!!


Pasa el tiempo y atrás quedan los primeros baños en casa, algunos solos y otros en compañía.


Pasa el tiempo, pero nosotros seguimos. Y cada día con mas anécdotas que contar.

De modo que, aunque pase el tiempo, no paséis por alto nuestro blog, porque queda mucho que contar.






jueves, 2 de abril de 2015

El viaje

Siempre que me embarco en un viaje comienzo con una sensación angustiosa de ansiedad. El cosquilleo comienza con la planificación, se profundiza a la hora de hacer las maletas y, llega a su máximo esplendor cuando me embarco en ese coche, autobús o avión. Después, misteriosamente, esa sensación desaparece como si se hubiera desabrochado un corchete, dando paso a una sensación generalmente apacible.

Y eso fue exactamente lo que me sucedió...

Todo comenzó un día casi como cualquier otro. Este marcado por un eclipse de sol que llegó a movilizar mareas y por el inicio de la primavera a las 23:45... Justo, cuando todo comenzaba.


Llevábamos días dejando todo preparado para el viaje. Gasolina en el coche, paquetes enviados, comida de las mascotas repuesta, arenero limpio... Como dicen que Murphy siempre está detrás de la pieza del puzzle no encajada, tratábamos de evitarla. Pero esa noche cuando sacaba la silla de Gabi para dejarla en casa durante mi guardia, "por si acaso", me daba cuenta que estábamos agitando las alas de la mariposa de Einstein.

Como antes de cualquier viaje, uno cena (o come, dependiendo de la hora del vuelo) y se sienta un poco a ver la televisión. Nosotros veíamos un reportaje de investigación de cómo una cadena de clínicas de estética habían llegado a la quiebra. Los agotadores anuncios de "volvemos en 7 minutos" nos hicieron plantearnos subir la cama. 

Al hacer la visita de rigor a la nevera por el ultimo vaso de agua, Ana asomó su cabeza desde la puerta y dijo: "creo que partimos!"

No quisimos apresurarnos, por si nos hacían volver atrás en la puerta de embarque o por si nos hacían esperar dentro en exceso hasta la hora de partir. Así, que metimos las maletas en el coche, preparamos las cosas de Gabi y nos tumbamos a seguir viendo la televisión. A las 0:30 nos dieron el primer aviso. Nos mantuvimos expectantes. Otro a la 1:00, el siguiente a la 1:20h... 

-Creo que es la hora... 

Y así lo hicimos. A Gabi le pusimos en su silla y lo encasquetamos a los abuelos (algo muy socorrido si quieres o tienes que ir de viaje). Parece extraño, pero los peques asimilan las cosas mejor que los adultos y con cara de "no entiendo nada, pero se que debo comportarme", nos despedimos de él.


Con tranquilidad nos dirigimos al puerto donde nos esperaron con los brazos abiertos y el material preparado. "Ya estas de cuatro!" dijo la comandante - "va a ser todo muy rápido".


Y dicho y hecho. Eran tan solo las 4:43 del 21 de marzo del 2015 cuando nuestro viaje comenzó. Un viaje que durará toda la vida. Un viaje que se llama: Leo.



miércoles, 11 de marzo de 2015

Recta final

Parece que fue ayer cuando nos enteramos que estábamos embarazados de Leo... Bueno, realmente parece que fue ayer cuando nos enteramos que estamos embarazados de Gabi y ya han pasado los meses. En concreto 19 meses desde el nacimiento de Gabi y casi 9 desde... bueno... ya sabemos...

Leo está a punto de nacer. Pero esta vez no nos va pillar por sorpresa como nos pasó con Gaby. Esta vez hemos querido ser nosotros los que nos adelantamos. Y ya tenemos todo preparado. Listo para el gran día.

Cuándo será? no lo sabemos. Quizás el 30 de marzo, quizás dentro de dos días, quizás dentro de unos minutos o quizás tenga que interrumpir de escribir este blog para irnos al hospital. Ahora está en manos de la naturaleza y de que el pequeño Leo quiera salir antes o después.

Lo que sí sabemos es que esta vez no nos va pillar. Ya tenemos la bolsa preparada, la maxi-cosi lista, pañales para los primeros días y el coche lleno de gasolina. Sabemos dónde va dormir los primeros hasta que le pasemos a su habitación y hasta la ropa que irá poniéndose (herencia de su hermano).


 


Es cierto que no hay dos iguales, pero esta vez no pecamos de las inseguridades de los padres primerizos.

Si bien es cierto que surge una mezcla de sentimientos. Por un lado queremos seguir siento esa tripita, esas pataditas... pero por otro ya hay inquietud por ver cómo es, más allá de una ecografía... tenemos ganas de tocarle y sentirle.



Eso si!!! Leo, si puedes esperar a la próxima semana papá te lo agradecerá... esta semana estoy muy cansado como para trasnochar!

jueves, 19 de febrero de 2015

Para ...

Esta entrada es para todos.

Para los lectores, para los mirones o para los seguidores. Para los miopes, los daltónicos, los de gafas o para los de lentillas.


Para los dormilones, para los perezosos, para los que les cuesta levantarse por las mañana, aún más cuando su pequeño se mete entre las sábanas los domingos.


O para los que se duermen en cualquier sitio.


Para los limpios, los sucios, los de ducha o los de bañera. Para los de lavarse la cabeza todos los días o los de lavársela cada dos. Para los burbujeantes, para los espumosos. Para los que ven magia en las pompas o para los que no ven mas allá del jabón.


Para los introvertidos, para los extrovertidos. Para los alegres, para los serios. Para los divertidos y los no tan divertidos. Para los que les gusta ir de compras y para los que se quedan en la puerta de la tienda. Para los que se prueban la ropa y para los que se la llevan sin probar.


Para los cómicos, para los payasos, para los que les gusta disfrazarse. Para los que los que aman los carnavales. Para los que siguen jugando a la Nintendo. Para los que crecimos con Super Mario Bros. Para los que mirábamos con cierta envidia a nuestro compañero que tenia una "maquinita".


Y como no, para los que con todo ello les gusta los animales.



Para los nostálgicos, para los que esperaban, para los que nos seguís. Para los que os preguntabais por la foto mensual...


Para los coquetos, para los narcisistas. Para los que se miran en cada espejo o para los que no quieren ni verse. Para los que se gustan y para los que no.


Para los solteros, para los casados. Para los que no tienen estado. Para los que celebran San Valentín, para los que le clavarían un puñal a ese "angelito". Para los que han regalado y para los que han recibido regalos.


Para los rojos, para los azules, para los amarillos, los morados o los naranjas. Para los cuadrados, para los triángulos, para los rectángulos. Para los puntos, las comas o los puntos finales.


Para todos vosotros...