viernes, 20 de noviembre de 2015

La fiesta adoptada

Las fiestas navideñas ya están asomando. Parece que no acaba el verano cuando ya está asomando la barba de Papá Noel. 

Pero hay un día que pone un punto intermedio a este periodo. Una fiesta acogida, que algunos tachan de pagana. Que algunos refieren que la hemos adquirido por falta de personalidad o por ser juerguistas de más.

Sea por la razón que sea.... y nos tachen de lo que nos tachen, nosotros la celebramos cada año con más intensidad. Hablo de la fiesta de Hallowen. La fiesta que precede al día de Todos los Santos (que no de los difuntos) y que son las horas previas a que los establecimientos comiencen a colocar el turrón y las televisiones nos invadan con anuncios de colonias.

Gracias al tío Cyril, Gaby y Leo tenían preparados sus disfraces "importados" del nostálgico Londres. 



Comenzamos la fiesta en la guarde donde, después de una fiesta privada, nos recibieron con galletas, bizcochos y refrescos.



Pero no acabó ahí... Porque en el propio día en que los muertos vivientes salen a la calle, los esqueletos consiguen articularse, las calabazas cobran vida y otros personajes de lo más común se convierten en seres maléficos... Ese mismo día... Nosotros continuamos la fiesta en casa... Una fiesta que a algunos le puso los pelos de punta.


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