domingo, 13 de septiembre de 2015

Sonrisas melladas

Todos los padres tenemos un cupo de disgustos. Un cupo de avisos de la guarderia o del colegio. Un cupo de discusiones con los hijos o de noticias que no nos gustaría recibir. Boletos en los que realmente nunca pensamos cuando nos lanzamos en la aventura de ser padres pero que los traen prendidos al cordón umbilical.
Estas papeletas son como los descuentos buenos: personales e intransferibles. Pero no tienen marcada la fecha de inicio o caducidad. Aparecen de repente! Sin avisar. Cuando menos te lo esperas. Sin que uno pueda ponerles solución o estar alerta. Para que así, tengas que reaccionar por sorpresa. Como dice un conocido mío: "cada día, es un día menos para que pase algo"
Bueno.... Pues en este número limitado de cupones... Nosotros ya hemos gastado uno. Hemos borrado una rayita de nuestra pizarra de cuentas.
Ayer Gaby se cayó. Una caída tonta, pues ha tenido algunas mucho más impresionantes. Y sin apenas llorar se ha levantado. Pero a diferencia de otras veces, esta se levanto sin un diente. Si, si. Sin un diente. Su paleto superior derecho se había quedado en el suelo. Y él, como si nada. Como si fuera una caída más.

Tras ser revisado por el dentista, nos dijeron que solo podíamos hacer una cosa: quererle con un diente menos (hasta que le salga su definitivo).
Realmente Gaby no tiene la percepción de lo que le ha sucedido. Incluso, le parece gracioso ver como la gente se ríe de su sonrisa. Nosotros, a partir de ahora, vamos a disfrutar cada día de su sonrisa mellada. Porque con diente o sin él, seguimos amándole con locura.


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